La intención de WochenKlausur es políticamente doble. Por un lado, con cada proyecto presta una contribución pequeña y concreta a la transformación de la sociedad. Tiene más sentido tener una influenia modesta en las circunstancias actuales que solo hablar y criticarlas.

De otro lado, todos estos proyectos brindan al arte la oportunidad de intervenir en eventos reales. Asi, la noción de lo que el arte es puede experimentar un desplazamiento. Más allá del alcance y esfera de los proyectos de WochenKlausur, este desplazamiento al campo de acción de la politica real debería también ser perceptible en el negocio del arte. La intención de WochenKlausur es justamente eso: si hay una aceptación del arte que se abre a pequeños campos de acción concreta, entonces la concepción actual de arte será remecida.

WochenKlausur trabaja muy conscientemente dentro del sistema del arte. Si este sistema debe cambiar, entonces las reglas del juego que la determinan deben primeramente ser reconocidas. Las reglas de juego no pueden cambiar radicalmente, sólo en pequeños pasos. Los cambios radicales disturban la continuidad con nociones previas de arte y,asi, inhiben el uso de una concepción común de arte. Empleando la palabra arte con un significado diferente y, de un modo que sea comprensible para un número significativo de personas, es un prerequisito para admitir cualquier cambio en la concepción de arte.

La transformación de posibilidades abiertas a la actividad artística es la meta real política de WochenKlausur y de muchos otros activistas, intervencionistas y del arte litoralista de hoy en dia. Si la concepción del arte cambia, entonces el negocio del arte, asimismo, cambiará. La polémica y la crítica por si mismos no alterarán el negocio del arte.

La negación tampoco cambia nada. Hoy hay mucha gente que renuncia sin compromiso al negocio del arte. Se van del campo y se dedican a otros compromisos. Sin embargo esta negación solo refuerza las estructuras tradicionales pues las energias que se hubiesen empleado para el cambio de estructuras se disipan allí. Este es un error que no fue reconocido en los años setenta. Es como cuando los representantes de un partido político de la oposición se retiran de la cámara por la frustación sobre su falta de poder. Su conducta solo lleva a que los resultados del voto sean tiendan a ser inequívocos. El dejar el negocio rígido del arte solo confluye en su reforzamiento.

El negocio del arte solo puede ser cambiado por medio de una práctica consecuente que opera con un concepto de arte renovado. El negocio del arte existente se basa continuamente en el trabajo de arte de mercado, en el original y en los bienes de valor. La crítica más efectiva a la posición tradicional es el constante apoyo público por una nueva concepción de arte que resulte sin trabajos de arte material. Si ésto no es desarrollado y apoyado por aquellos que son activos en el campo del arte, entonces el ataque de lo antiguo tiene poco sentido. La transformación del concepto de arte es solo posible cuando éste cambia por si mismo sus propias reglas y prácticas. La situación sigue una lógica similar a la del referéndum entre suizos en relación a los derechos por el voto de las mujeres suizas algunos años atrás. Si los varones suizos no quieren que las mujeres suizas voten, ellas no podrán hacerlo incluso cuando la admisión de ambos géneros al referendum hubiese producido un resultado muy diferente.

Si el arte por si mismo no percibe que sus reglas y definiciones ya no están al dia, entonces todo permanecerá como antes. La transformación del término arte o de su concepto, sin el acuerdo de aquellos activistas en el arte, es imposible, a pesar que esta transformación produciría una población de apoyo completamente diferente que sería entonces la responsable por este término.