Arte e intervención concreta
Desde el año 1993 el grupo de artistas WochenKlausur realiza intervenciones sociales. A partir de invitaciones de instituciones de arte, el grupo desarrolla y lleva a cabo pequeñas pero muy concretas propuestas para llegar al cambio sociopolítico deseado. Tal vez hoy en día el término intervención es usado de manera exagerada, aplicándose para describir cualquier tipo de cambio. Siguiendo el ejemplo de artistas del siglo XX, quienes sabían como contribuir al cambio de la sociedad, Wochenklausur considera el arte como una posibilidad para mejorar la convivencia. La expresión y la creatividad, que en el arte tradicional normalmente son usadas para objetivos formales, pueden ser usadas para resolver problemas actuales en la educación, la ecología, la economía y el urbanismo al igual que en asuntos sociales. En todas partes hay problemas que no se pueden resolver de una manera convencional y que pueden servir como tema para un proyecto artístico. Teóricamente no existe ninguna diferencia entre los artistas tradicionales que dan lo mejor de si mismos para pintar un cuadro por ejemplo y aquellos que se hacen cargo, dentro del margen de sus posibilidades, de un problema de nuestra sociedad. En todo caso, la tarea que el artista mismo se pone debe ser precisamente definida. Es que este ‘arte de intervención’ sólo resulta efectivo cuando se sabe exáctamente a qué solución se debe llegar.
El grupo
Todo comenzó en el año 1993 cuando Wolfgang Zinggl invitó a ocho artistas a participar en una exposición con el título ’11 Wochen in Klausur’ (11 semanas de encierro) en la Secession de Viena y a trabajar en la solución de un problema local. Durante la exposición el grupo se retiró para desarrollar un sistema de asistencia médica para personas sin techo. Al final se estableció un servicio médico gratuito que cada mes asiste a más de 600 pacientes que carecen de seguro social. En 1994, trás la invitación de la Shedhalle Zurich, se reunió un nuevo equipo (por primera vez bajo el nombre de WochenKlausur) que trabajó en la creación de un refugio para mujeres drogadictas. Un año después el grupo fundó un café con campo de boccia para los ancianos de Civitella d’Agliano. En Graz, en 1995, se consiguió que siete personas extranjeras pudieran permanecer legalmente en Austria. Desde el año 1993 el grupo ha llevado a cabo 32 proyectos en Berlín, Venecia, Fukuoka, Estocolmo, Zurich y otras cuidades. En total participaron más de 50 artistas.
El núcleo del grupo está compuesto por artistas que han formado parte en varios proyectos. Dependiendo de cada intervención, el equipo cuenta con la participación de los más diferentes artistas. La oficina de WochenKlausur se encuentra en la calle Gumpendorferstraße en Viena. Allí se realiza la concepción y organización de nuevas intervenciones así como el desarrollo profesional y la asistencia posterior de los proyectos; además sirve de archivo del grupo WochenKlausur y de central de información para el arte activista.
El núcleo del grupo está compuesto por artistas que han formado parte en varios proyectos. Dependiendo de cada intervención, el equipo cuenta con la participación de los más diferentes artistas. La oficina de WochenKlausur se encuentra en la calle Gumpendorferstraße en Viena. Allí se realiza la concepción y organización de nuevas intervenciones así como el desarrollo profesional y la asistencia posterior de los proyectos; además sirve de archivo del grupo WochenKlausur y de central de información para el arte activista.
Modo de trabajar
Como ya indica el nombre WochenKlausur ("semanas de encierro”) los proyectos exigen todo el esfuerzo de un equipo durante un período de tiempo limitado, que suele llegar a varias semanas. En estos períodos de tiempo tan cortos se concentran energías que normalmente serían invertidas en meses de trabajo, lo que facilita una rápida realización de las intervenciónes planeadas. Cada intervención requiere una invitación previa por una institución de arte que provee el capital cultural y la infraestructura necesaria. Los espacios de exposición funcionan como taller desde donde se dirigen las intervenciones. Es tarea del grupo informarse con antelación acerca de las circunstancias políticas locales y proponer en consecuencia una intervención adecuada. Hasta ahora, muy pocas instituciones se han acercado al grupo WochenKlausur con un deseo concreto. Tras investigaciones exhaustivas se toma la decisión final qué proyecto deberá llevarse a cabo.
A menudo la realización de los proyectos exige el uso de trucos muy sofisticados o el actuar de manera poco ortodoxa. En Ottensheim, un pequeño pueblo en Alta Austria, el grupo desarrolló un modelo de participación polítcia para la comunidad (1997). Parte de la estrategia para la realización de este modelo fue la construcción de una rampa de skate para los jóvenes. El grupo pensó que una construcción deportiva como ésta no tendría ningún detractor. En efecto no lo tuvo, pero lo que pasó fue que los partidos políticos no llegaron a un acuerdo sobre el lugar donde la rampa debía ser construida. Para provocar una decisión el grupo WochenKlausur simplemente situó una rampa en el casco viejo del pueblo. Tres días después el alcalde declaró que finalmente se habían puesto de acuerdo y que la rampa sería construida en las inmediaciones del Danubio. En el transcurso del primer proyecto un procedimiento de igual manera ingeniosa fue necesario cuando se trataba de cubrir los honorarios de los médicos de la clínica móvil para personas sin techo. La intervención llegó a su fin sin que la responsable consejera municipal tomara algún partido frente a la propuesta financiera. Esto se logró en el último minuto gracias al apoyo de un corresponsal de la revista alemán Der Spiegel que fingió escribir un reportaje sobre el proyecto. Temiendo que la revista pudiera presentar de manera negativa las políticas de la cuidad, la consejera destinó parte del presupuesto a la financiación de los costos médicos. (Viena 1993)
El grupo WochenKlausur trabaja con objetivos conretos. Una vez terminado el proceso se puede comprobar cuán lejos se ha llegado. Luego corresponde a la crítica comparar la intención con el resultado.
A menudo la realización de los proyectos exige el uso de trucos muy sofisticados o el actuar de manera poco ortodoxa. En Ottensheim, un pequeño pueblo en Alta Austria, el grupo desarrolló un modelo de participación polítcia para la comunidad (1997). Parte de la estrategia para la realización de este modelo fue la construcción de una rampa de skate para los jóvenes. El grupo pensó que una construcción deportiva como ésta no tendría ningún detractor. En efecto no lo tuvo, pero lo que pasó fue que los partidos políticos no llegaron a un acuerdo sobre el lugar donde la rampa debía ser construida. Para provocar una decisión el grupo WochenKlausur simplemente situó una rampa en el casco viejo del pueblo. Tres días después el alcalde declaró que finalmente se habían puesto de acuerdo y que la rampa sería construida en las inmediaciones del Danubio. En el transcurso del primer proyecto un procedimiento de igual manera ingeniosa fue necesario cuando se trataba de cubrir los honorarios de los médicos de la clínica móvil para personas sin techo. La intervención llegó a su fin sin que la responsable consejera municipal tomara algún partido frente a la propuesta financiera. Esto se logró en el último minuto gracias al apoyo de un corresponsal de la revista alemán Der Spiegel que fingió escribir un reportaje sobre el proyecto. Temiendo que la revista pudiera presentar de manera negativa las políticas de la cuidad, la consejera destinó parte del presupuesto a la financiación de los costos médicos. (Viena 1993)
El grupo WochenKlausur trabaja con objetivos conretos. Una vez terminado el proceso se puede comprobar cuán lejos se ha llegado. Luego corresponde a la crítica comparar la intención con el resultado.