Viena (A) * 1996 * University of Applied Arts * 12 semanas

Por encargo de la Escuela de Artes Aplicadas en Viena, el grupo se dedicó a remediar los problemas estructurales y la falta de espacio en dos aulas de un colegio vienés. Junto con los alumnos diseñó y construyó nuevos muebles, cambió el aspecto de las paredes y mejoró la iluminación de las aulas.

Los alumnos no tienen lobby. Casi nunca pueden participar en la toma de decisiones relacionadas al diseño del espacio en el que pasan muchos años de su vida. Se tienen que contentar con sillas normalizadas, sin embargo no ergonómicas, y con mesas concebidas exclusivamente para la enseñanza frontal.

La meta principal del proyecto era encontrar y realizar soluciones específicas. Se les preguntó a los alumnos por sus necesidades y se les incentivó a plantear propuestas cómo mejorar sus aulas. Los alumnos de doce años deseaban cambiar la posición de las mesas. Se construyeron nuevas mesas en forma de curva, que colocaron en circulos céntricos en el aula para facilitar la comuniación y la vista a la pizarra. La guardarropía se desplazó al corredor y a petición de los alumnos se instaló un conjunto de almohadones en el espació ganado. Con los alumnos de diecisiete años, la colaboración fue aún más intensa. Esta clase tampoco tenía suficiente espacio en su aula. 18 jóvenes prácticamente adultos tenían que compartir no más que 23 m2 . Colocando mesas redondas en forma de dos círculos concéntricos se aprovechó de manera óptima este espacio. Después de haber reflexionado durante varias semanas sobre el diseño de las paredes, finalmente se pusieron de acuerdo en pintar un comic.

Aparte de eludir los reglamentos sobre mobiliario escolar, el desafío más grande del proyecto fue la financiación de los cambios realizados. El estado no se interesa por los deseos y las necesidades de una u otra clase de un colegio, y mucho menos cuando los muebles propuestos no corresponden a las normas. Como consecuencia el trabajo del grupo dependió de la ayuda financiera de patrocinadores.